Comunidad Indigena
Los
Wayúu se encuentran ubicados en la península de La Guajira al norte de Colombia
y al noroeste de Venezuela en el estado de Zulia, sobre el mar Caribe. Ocupan
un área de 1.080.336 hectáreas, las cuales están localizadas en el resguardo de
la Alta y Media Guajira, ocho resguardos más ubicados en el sur y la Media
Guajira y la reserva de Carraipía.
Este
pueblo indígena se encuentra ubicado en los municipios de Barrancas,
Distracción, Fonseca, Maicao, Uribía, Manaure y Riohacha; así mismo, hacen
presencia en el estado venezolano de Zulia. En total son 144.003 personas
repartidas en 18.211 familias. Los Wayúu representan el 20.5% de la población
indígena nacional (DNP-Incora, 1997), el 48 % de la población de La Guajira y
el 8% de la población del estado de Zulia. En consecuencia es la etnia indígena
más numerosa de la península de la Guajira y del país seguida por los Nasa,
Zenú y Embera.
POBLACION
Según los censos realizados, la población Wayuú está constituida por
144.003 personas que representan el 20.5% de la población indígena nacional
(DNP-INCORA, 1997), y constituyen el 48 % de la población de la Península de la
Guajira. Ocupan un área de 1.080.336 hectáreas localizadas en el resguardo de
la Alta y Media Guajira y ocho resguardos más ubicados en el sur del
departamento y la reserva de Carraipía.
Los Wayú no se distribuyen de manera uniforme en su territorio
tradicional. La densidad de población en los alrededores de Nazareth, por
ejemplo, es mayor que en las otras áreas de la península. Otras zonas de alta
densidad de población guajira están ubicadas en los alrededores de Uribia, la
Serranía de Jala'ala y en las sabanas de Wopu'müin, en los municipios de Maicao
y Manaure.
La distribución demográfica de los Wayú en la península está íntimamente
relacionada con los cambios estacionales; durante la estación seca muchos Wayú
buscan trabajo en Maracaibo o en otras ciudades o pueblos, pero cuando llegan
las lluvias un gran número de ellos retorna a sus casas.
Los Wayú se refieren así mismos simplemente como wayú. Usan el término
Kusina para denominar a otros grupos indígenas y el término Alijuna para
designar al blanco y, más generalmente, a toda persona que no sea Wayú. Los indígenas
rechazan la interpretación de Wayú como indio. Prefieren traducir Wayú por
persona o gente, mientras traducen Alijuna como "civilizado" y Kusina
como indio.
LENGUAJE
La familia lingüística de la lengua Wayuú es la Arawak. Esta lengua
presenta algunas diferencias dialectales dependiendo de la zona de habitación
(alta, media o baja Guajira), pero son mínimas. Un buen número de Wayú, sobre
todo los jóvenes entiende el español y lo habla con holgura, pero su lengua
materna sigue representando para ellos un factor importante de identidad étnica
y cultural.
HISTORIA
Hasta el momento no existe consenso entre los investigadores sobre
el panorama de la península de la Guajira en tiempos prehispánicos. A partir de
las crónicas y documentos coloniales es claro que para principios del siglo
XVI, convivían allí varios grupos étnicos diferenciados, denominados
posteriormente como “guajiros“. Una vez establecidos los europeos, los
indígenas de la región adoptaron el pastoralismo como forma de vida e iniciaron
un largo proceso de resistencia contra los intentos de reducción por parte de
la corona.
Desde este período, los “guajiros“ establecieron lazos comerciales
y culturales con la sociedad mayoritaria, tal como lo han hecho a través de su
historia. En el siglo XX se han visto afectados por la explotación petrolera
del lago de Maracaibo y por la apertura de la mina de carbón El Cerrejón y de
su puerto en la Alta Guajira, a mediados de los años ochenta.
CULTURA
El
sistema de representación de este pueblo integra una serie de deidades
importantes en su universo mítico. La figura central es Maleiwa, dios creador
de los Wayú y fundador de la sociedad. También están Pulowi y Juyá, esposos
asociados a la generación de la vida. Pulowi, la mujer, se asocia a la sequía y
los vientos, y algunos lugares que habita. Juyá, su esposo, es un errante que
caza y mata. Wanülü representa el mal de la enfermedad o la muerte.
Entre
los Wayú, el nacimiento de un niño ocurre en la casa, asistido por la madre de
la mujer o una pariente próxima. Mientras la supervivencia del niño no sea
segura, los miembros de su familia se alimentan con una dieta estrictamente
reducida.
¨No
se destaca la pubertad en los varones, pero las niñas están sometidas a un
severo rito de paso. Cuando la muchacha empieza a menstruar, es sometida a un
período de reclusión, al término del cual se ha convertido en mujer equipada
para casarse. Durante el inicio de esta reclusión, la joven es completa o
parcialmente rapada y luego instalada en una hamaca colgada cerca del techo de
la casa. Durante los días siguientes es cuidada con alimentos vegetales
especiales, llamados jaguapi, y observa una dieta rigurosa. En ese tiempo la
bañan con frecuencia y la instruyen en las tareas femeninas, tejido, hilado,
le imparten conocimientos sobre los procesos tradicionales de control natal,
embarazo y quizás algunas técnicas eróticas.
Los
Wayú, no concluyen el ciclo de vida con la muerte, ya que la gente continúa
relacionada con los huesos del difunto. Los entierros son acontecimientos
importantes en los que los parientes del muerto actúan determinada manera. Esta
relación con los muertos tiene su contrapartida en su sentido de pertenencia e
identidad, en su noción misma del territorio, pues como lo afirma Rosario
Epieyú, ¨ los wayuú son de donde son sus muertos ". Los entierros se hacen
en dos etapas: primero se sepulta el cadáver con algunas pertenencias y luego,
dos años después, se hace una exhumación del cuerpo, se incinera y se sepulta
nuevamente en el cementerio clánico, dentro de ollas de barro o tumbas de
cemento
El tejido significa para ellos mostrar a través de su creatividad,
inteligencia y sabiduría la vida así como la sienten. Este arte fascina por sus
colores, diseños y la complejidad de técnicas usadas en su elaboración. Los
motivos típicos para esta cultura son las representaciones de figuras
geométricas que simbolizan elementos de la naturaleza (animales, plantas,
estrellas, rastros, etc.) que rodean la vida cotidiana del WAYUU
Entre más complejas sean las figuras, mayor valor adquiere la pieza.
A través de este proyecto se pretende fomentar la
apropiación del tejido, la fabricación y elaboración de cada producto
manufacturado propios para las comunidades
indígenas WAYUU involucradas, de esta forma se busca generar nuevas
formas de analizar nuestra realidad como nacionalidad indígena mediante la
reafirmación de nuestros valores, la interpretación de nuestras problemáticas y
la preservación y reafirmación de nuestra identidad étnica. El núcleo esencial
de la propuesta es involucrar a líderes y personas pertenecientes a la
etnia WAYUU que presenten en el futuro nuevas formas de apropiación
de nuestro contexto social, político, económico y cultural.
Uno de los aspectos mediante el cual los WAYUU se hace
conocer, es por medio de nuestros productos artesanales, tales como:
chinchorros, hamacas, mochilas, guaireñas, fajas, morrales, telares, mantas,
sombreros, e instrumentos musicales (tambores y flautas).
La Yonna es un rito simbólico
que mantiene dentro de la cultura guajira tres atributos esenciales:...
búsqueda del equilibrio social, solidaridad colectiva y relación entre el cosmos y el hombre
búsqueda del equilibrio social, solidaridad colectiva y relación entre el cosmos y el hombre
A lo largo del baile la mujer persigue al hombre al
son del tambor. Ella va abriendo la manta con ambas manos y él se desplaza
hacia atrás con largos pasos evitando caerse, puesto que el objetivo de la
mujer en la danza es tumbar al hombre. Finalmente cuando ya no puede más, cae e
inmediatamente ambos son reemplazados por otra pareja. Si el hombre abandona el
baile por cansancio, sin ser tumbado, es felicitado por los otros varones y a
la mujer se le reconoce su elegancia. Si la mujer tumba el hombre, ella gana.
Los
wayuu no viven en asentamientos estables, es frecuente que las familias se
trasladen a residir temporalmente a otro lugar cuando se agota el pasto para
sus animales o cuando deben cumplir un compromiso social. Tradicionalmente se
organizan en cinco o seis viviendas ubicadas de forma dispersa con distancias
de varios minutos de camino, conformando una ranchería o caserío.
La
casa es de forma rectangular, dividida en dos habitaciones con techos en los
que se cuelgan las hamacas para dormir y las mochilas. Junto a la casa se ubica
la cocina, la cual carece de techo y es encerrada en plantas de cactus para
protegerla del viento y la arena. Además, se encuentra, aparte de la casa, una enramada techada
y sin paredes en donde se realizan las actividades diurnas y sociales. Cuentan
también con un corral para los animales, bovinos y caprinos.
La organización social wayuu se sustenta
en clanes definidos por línea materna, dispersos y no corporativos. Los
miembros de un clan comparten una misma condición social y un ancestro común.
Existen veintidós clanes entre los que se destacan los Epieyú, Uriana oUliana,
Iguana o Lipuana, Pushaina, Epinayu, Jusayu, Arpushana, Jarariyu, Wouriyu,
Urariyu, Sapuana, Jinnu, Sijona, Pausayu, Uchayaru, Uriyu, Warpushana,
Worworiyu, Pipishana y Toctouyu. El mayor porcentaje de población se encuentra
en los clanes Epieyu con el 20,8%, Uriana con el 17,1% eI puana con el 16,2%.
En cada asentamiento hay un hombre mayor
que ejerce la autoridad, administra los bienes colectivos y dirige las labores
cotidianas. Así mismo, a nivel del linaje, existe un hombre que lo representa y
dirige. En el ordenamiento jurídico de los wayuu, cuando se produce un agravio
contra una persona es la familia a quien se ofende. Cuando esto ocurre,
los afectados recurren al “palabrero“ -pütchipü-, mediador y conocedor de las
leyes internas, para que intente buscar un acuerdo equitativo entre las partes.
Existen varios tipos de palabreros.
Las lluvias escasas y los pozos
subterráneos son el determinante ecológico que condiciona su subsistencia y
poblamiento. Se dedican principalmente a la cría de ganado caprino, el cual
vincula el mayor número de personas al pastoreo. Además realizan actividades de
pesca en toda la zona costera, explotan salen Manaure y producen artesanías. La
huerta familiar es de una hectárea aproximadamente y es propiedad de un varón,
quien asigna partes del terreno a cada hijo para los cultivos de maíz, fríjol,
yuca, ahuyama, pepino, melón y patilla. El trabajo asalariado y el contrabando
hacen parte importante de sus actividades económicas.
Otra fuente de subsistencia ha sido la
explotación de la sal en Manaure. Esta ha sido realizada por los Wayú desde
antes de la llegada de los españoles. Sin embargo en 1968 fueron asignadas para
su administración al Instituto de Fomento Industrial (IFI), lo que generó
conflictos y tensiones sociales. Actualmente la explotación de la sal se hace
de manera mecanizada o artesanal en esta última participa principalmente el
indígena Guajiro utilizando "charcas" de las que saca dos cosechas
anuales.
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